El Máster de Profesorado para Educación Secundaria afronta los retos de la docencia presente y futura
30/09/2025La Unidad de Educación y Deporte de Florida Universitària ha dado por iniciado el curso para el nuevo alumnado del Máster Universitario de Profesorado para Educación Secundaria (MPES), adscrito a la Universitat de València (UV).
El Salón de Actos del Campus de Catarroja acogió la sesión inaugural, que contó con la colaboración de Jorge Lizandra, actual director del Máster de Profesorado en Educación Secundaria de la UV.
Antes de la ponencia, Cristina Duart (directora de la Unidad de Educación y Deporte de Florida Universitària) asumió la primera parte de la bienvenida. En su intervención, Duart presentó el proyecto de Florida Grup Educatiu como cooperativa, su misión para formar personas desde la iniciativa, la autonomía y el crecimiento personal y su enfoque dinámico e innovador mediante el uso de metodologías activas.
«La formación cooperativa se integra en todos los sentidos. Como alumnado, esperamos que dispongáis de una actitud proactiva, porque vais a construir el conocimiento junto al profesorado», explicaba.
A continuación, tomo el testigo Sonia Renovell como directora del MPES en Florida Universitària. «Iniciáis una nueva etapa con energía renovada para formar una nueva generación de docentes que puedan afrontar los nuevos desafíos del sector educativo», destacó en su discurso de bienvenida.
Así pues, les abrió las puertas a un curso «lleno de aprendizajes», acompañados por un equipo docente que les guiará durante su camino formativo, ofreciéndoles una experiencia educativa «rigurosa y próxima a la realidad de las aulas».
Ser docente en tiempos de cambio
Por su parte, Lizandra protagonizó la primera sesión formativa del MPES en Florida Universitària mediante un espacio de reflexión académica: «Ser docente en tiempos de cambio: aceptar los retos para descubrir las oportunidades».
Durante su intervención, expuso los principales desafíos a los que se enfrenta hoy en día la profesión docente. Entre ellos, destacó el impacto de la salud mental y de las nuevas tecnologías, especialmente la inteligencia artificial generativa, que plantea riesgos como la pérdida de sentido de los métodos tradicionales, la posible dependencia de las máquinas, el sedentarismo cognitivo o la acentuación de sesgos.
Se refirió también a las conductas poco saludables derivadas del uso excesivo de pantallas y redes sociales, la reducción del descanso y de las horas de sueño, el incremento del sedentarismo y la disminución de las relaciones sociales presenciales. A todo ello se suman la burocracia, con un exceso de procesos administrativos y la fragmentación del rol docente, y el burnout o síndrome del desgaste profesional. Además, señaló la sobrecarga de responsabilidades que recae en el profesorado, que debe atender no solo a la enseñanza académica, sino también a funciones compensatorias de carácter social e incluso afectivo.
Otro de los retos mencionados fue la inestabilidad laboral, que dificulta la continuidad de los proyectos educativos y complica la construcción de un proyecto de vida personal para los profesionales de la enseñanza.
Cambiar el foco a las oportunidades
No obstante, Lizandra propuso cambiar el foco y mirar hacia las oportunidades que ofrece la profesión docente. Recordó que esta es una de las más determinantes para el desarrollo de una sociedad, y enumeró algunos de los principales motivos para ejercerla: el impacto en la vida del alumnado, la satisfacción personal y vocacional, el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, el aprendizaje permanente y compartido con los estudiantes, la variedad de tareas que rompen la rutina y la posibilidad de conciliar con la vida familiar.
Entre las oportunidades, subrayó el papel de la escuela como espacio que cuida, donde se pueden promover conductas saludables vinculadas al descanso, la desconexión y la autocuidado. Defendió también la necesidad de poner en valor el rol docente, dejando atrás la excesiva burocracia, y de aliviar la sobrecarga incorporando a otros agentes educativos que complementen la tarea del profesorado.
Por último, apostó por combatir la inestabilidad laboral a través de la confianza en el personal docente, el impulso de la formación permanente y la promoción de proyectos de innovación que acerquen la escuela a las necesidades actuales de la sociedad.